Un exceso de televisión fomenta los problemas de atención en los niños
MARTES 4 de septiembre (HealthDay News/Dr. Tango) -- Ver más de dos horas de televisión al día durante la niñez aumenta la probabilidad de problemas de atención en la adolescencia, según un estudio reciente.
Sin embargo, lejos de zanjarlo, los hallazgos añaden más confusión al debate sobre si ver televisión podría contribuir a los problemas de atención. La nueva investigación mayormente concuerda con un estudio anterior, pero discrepa de otros dos.
"No defendería el punto de vista de que ver TV sea algo bueno", afirmó Tara Stevens, profesora asistente de psicología educativa de la Universidad de Texas en Lubbock, quien publicó en 2006 un estudio que no encontraba una relación entre ver televisión y el trastorno de hiperactividad. "Simplemente no estoy segura de que haya una relación directa entre padecer un trastorno y ver TV. No creo que sea algo definitivo. Es una parte importante del argumento, pero no el final", señaló.
El estudio actual aparece en la edición de septiembre de Pediatrics. Fue liderado por Robert John Hancox de la Universidad de Otago en Dunedin, Nueva Zelanda. Su equipo estudió los hábitos televisivos de más de 1,000 niños nacidos en Dunedin en 1972 y 1973 entre los 5 y los 15 años de edad, además de informes de problemas de atención a los 13 y los 15.
Los autores determinaron que ver más de dos horas de televisión diarias entre los 5 y los 11 aumentaba la probabilidad de problemas de atención en la adolescencia. Cada hora de televisión aumenta el riesgo de "altos problemas de atención en la adolescencia" (es decir, el 10 por ciento superior de las dificultades de atención) en alrededor de 40 por ciento. Esta asociación se mantuvo incluso después de tomar en cuenta el sexo, el estatus socioeconómico, los problemas precoces de atención y la capacidad cognitiva temprana.
"Encontramos que la cantidad de televisión sí predecía la cantidad de problemas a los 13 y los 15", aseguró Hancox. "Y estos efectos no eran explicados por problemas precoces de atención".
El equipo también encontró que ver TV durante la niñez y la adolescencia se asociaba de manera independiente a los problemas de atención, lo que sugiere que el tiempo frente a la televisión lleva a efectos tanto de corto como de largo plazo.
"Ver TV en la niñez se relacionó con dificultades de atención independientemente de lo que se viera de adolescente", explicó. "La cantidad de TV que se veía entre los 5 y los 11 predecía problemas entre los 13 y los 15, independientemente de qué se veía entre los 13 y los 15".
Eso no significa que sería inútil controlar los hábitos de televisión de los niños en este momento, apuntó. Pero podría aliviar sólo el daño a corto plazo y no los efectos a un plazo más largo.
"Tal vez no se pueda revertir lo que ocurrió en la niñez, pero sí se puede evitar complicar el problema", añadió.
Hancox concluyó que la moraleja es que los padres deben hacer caso de las recomendaciones de la American Academy of Pediatrics, que afirman que los niños menores de dos años no deberían ver televisión en lo absoluto y que los niños mayores de dos años no deben ver más de dos horas al día, recomendaciones que concuerdan con sus hallazgos.
"El aumento en el riesgo se iniciaba con la gente que veía dos horas de televisión por día", apuntó Hancox. "No hubo aumento en el riesgo entre los que veían menos televisión".
Los hallazgos de Hancox concuerdan en general con un estudio de 2004 liderado por el Dr. Dimitri Christakis del Hospital infantil y Centro médico regional de Seattle, que encontró una relación entre ver televisión a los 3 años de edad y problemas de atención a los 7. Sin embargo, contradecían tanto el estudio de 2006 de Stevens, que no encontró ninguna relación entre ver TV a los 5 y el trastorno por déficit de atención con hiperactividad a los 6, y un estudio adicional proveniente de Dinamarca.
Stevens aplaudió el esfuerzo de Hancox. Sin embargo anotó que, como estudio correlacional, no dice nada en absoluto sobre la causalidad. En ese sentido, no puede responder una pregunta clave: ¿Causa ver televisión problemas de atención en los niños o los padres de los niños que tienen problemas de atención los ponen con más frecuencia frente a la TV para mantenerlos ocupados?
El estudio tampoco distingue entre lo que los niños ven, cuánta atención prestan y otros factores. Finalmente, Steven cuestionó la falta de varias variables estadísticas clave.
"Diría que hay algo de ambigüedad en los resultados porque algunos valores estadísticos fueron omitidos", aseguró. "No hubiera llegado necesariamente a la misma conclusión sólo con la información que dieron. Me sentiría más confiada de mi conclusión si supiera que evaluaron esos otros valores".
Los hallazgos de Hancox aparecen en la misma edición de Pediatrics que otro estudio, que encontró que la gran mayoría de los anuncios de TV sobre alimentos dirigidos a niños y adolescentes promueven alimentos ricos en grasa, azúcar y sodio,y bajos en contenido nutricional.
Artículo por HealthDay, traducido por Hispanicare
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Sin embargo, lejos de zanjarlo, los hallazgos añaden más confusión al debate sobre si ver televisión podría contribuir a los problemas de atención. La nueva investigación mayormente concuerda con un estudio anterior, pero discrepa de otros dos.
"No defendería el punto de vista de que ver TV sea algo bueno", afirmó Tara Stevens, profesora asistente de psicología educativa de la Universidad de Texas en Lubbock, quien publicó en 2006 un estudio que no encontraba una relación entre ver televisión y el trastorno de hiperactividad. "Simplemente no estoy segura de que haya una relación directa entre padecer un trastorno y ver TV. No creo que sea algo definitivo. Es una parte importante del argumento, pero no el final", señaló.
El estudio actual aparece en la edición de septiembre de Pediatrics. Fue liderado por Robert John Hancox de la Universidad de Otago en Dunedin, Nueva Zelanda. Su equipo estudió los hábitos televisivos de más de 1,000 niños nacidos en Dunedin en 1972 y 1973 entre los 5 y los 15 años de edad, además de informes de problemas de atención a los 13 y los 15.
Los autores determinaron que ver más de dos horas de televisión diarias entre los 5 y los 11 aumentaba la probabilidad de problemas de atención en la adolescencia. Cada hora de televisión aumenta el riesgo de "altos problemas de atención en la adolescencia" (es decir, el 10 por ciento superior de las dificultades de atención) en alrededor de 40 por ciento. Esta asociación se mantuvo incluso después de tomar en cuenta el sexo, el estatus socioeconómico, los problemas precoces de atención y la capacidad cognitiva temprana.
"Encontramos que la cantidad de televisión sí predecía la cantidad de problemas a los 13 y los 15", aseguró Hancox. "Y estos efectos no eran explicados por problemas precoces de atención".
El equipo también encontró que ver TV durante la niñez y la adolescencia se asociaba de manera independiente a los problemas de atención, lo que sugiere que el tiempo frente a la televisión lleva a efectos tanto de corto como de largo plazo.
"Ver TV en la niñez se relacionó con dificultades de atención independientemente de lo que se viera de adolescente", explicó. "La cantidad de TV que se veía entre los 5 y los 11 predecía problemas entre los 13 y los 15, independientemente de qué se veía entre los 13 y los 15".
Eso no significa que sería inútil controlar los hábitos de televisión de los niños en este momento, apuntó. Pero podría aliviar sólo el daño a corto plazo y no los efectos a un plazo más largo.
"Tal vez no se pueda revertir lo que ocurrió en la niñez, pero sí se puede evitar complicar el problema", añadió.
Hancox concluyó que la moraleja es que los padres deben hacer caso de las recomendaciones de la American Academy of Pediatrics, que afirman que los niños menores de dos años no deberían ver televisión en lo absoluto y que los niños mayores de dos años no deben ver más de dos horas al día, recomendaciones que concuerdan con sus hallazgos.
"El aumento en el riesgo se iniciaba con la gente que veía dos horas de televisión por día", apuntó Hancox. "No hubo aumento en el riesgo entre los que veían menos televisión".
Los hallazgos de Hancox concuerdan en general con un estudio de 2004 liderado por el Dr. Dimitri Christakis del Hospital infantil y Centro médico regional de Seattle, que encontró una relación entre ver televisión a los 3 años de edad y problemas de atención a los 7. Sin embargo, contradecían tanto el estudio de 2006 de Stevens, que no encontró ninguna relación entre ver TV a los 5 y el trastorno por déficit de atención con hiperactividad a los 6, y un estudio adicional proveniente de Dinamarca.
Stevens aplaudió el esfuerzo de Hancox. Sin embargo anotó que, como estudio correlacional, no dice nada en absoluto sobre la causalidad. En ese sentido, no puede responder una pregunta clave: ¿Causa ver televisión problemas de atención en los niños o los padres de los niños que tienen problemas de atención los ponen con más frecuencia frente a la TV para mantenerlos ocupados?
El estudio tampoco distingue entre lo que los niños ven, cuánta atención prestan y otros factores. Finalmente, Steven cuestionó la falta de varias variables estadísticas clave.
"Diría que hay algo de ambigüedad en los resultados porque algunos valores estadísticos fueron omitidos", aseguró. "No hubiera llegado necesariamente a la misma conclusión sólo con la información que dieron. Me sentiría más confiada de mi conclusión si supiera que evaluaron esos otros valores".
Los hallazgos de Hancox aparecen en la misma edición de Pediatrics que otro estudio, que encontró que la gran mayoría de los anuncios de TV sobre alimentos dirigidos a niños y adolescentes promueven alimentos ricos en grasa, azúcar y sodio,y bajos en contenido nutricional.
Artículo por HealthDay, traducido por Hispanicare
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