La nicotina en la leche materna acorta las siestas del bebé
Estudio halla una reducción del 37 por ciento en el sueño total cuando las madres fumaban antes de alimentarlos
MARTES 4 de septiembre (HealthDay News/Dr. Tango) -- Según un estudio reciente, la nicotina de la leche materna altera los patrones de sueño de los bebés y acorta en un tercio las siestas.
"Los bebés pasaron menos tiempo durmiendo en general y despertaron de sus siestas más pronto cuando sus madres fumaron antes de amamantarlos", aseguró en una declaración preparada Julie A. Mennella, autora líder y psicóloga del Centro de sentidos químicos Monell.
En su artículo en la edición de septiembre de Pediatrics, Mennella y sus colegas sostuvieron que estos resultados deberían conducir a más investigaciones sobre los efectos negativos de la nicotina sobre el desarrollo infantil. Según los investigadores, muchas mujeres que dejan de fumar durante el embarazo comienzan de nuevo durante la lactancia.
"Debido a que la nicotina no está contraindicada durante la lactancia, las madres podrían pensar que fumar durante ella no afectará a su hijo siempre y cuando no esté expuesto al humo pasivo. Sin embargo, ha habido pocas investigaciones sobre los efectos a corto y largo plazo de la nicotina difundida a través de la leche materna", asegura Mennella.
El equipo del estudió midió los patrones de alimentación y sueño de 15 lactantes durante tres horas y media en dos días distintos. Los bebés tenían entre 2 y 7 meses de edad. Las madres eran fumadoras actuales que se habían abstenido de fumar durante al menos 12 horas antes de los periodos de observación.
Las madres fumaron entre uno y tres cigarrillos antes de uno de los periodos de observación y no fumaron nada antes del segundo periodo. En ambas ocasiones, las madres amamantaron a sus bebés cuando éstos lo pidieron durante el periodo de observación. Luego de cada sesión de amamantamiento, las mujeres acostaron a sus bebés en su cuna o en el suelo.
Un actígrafo en los tobillos de los bebés le permitió a los investigadores monitorizar el sueño y la actividad. Se midieron los niveles de nicotina y cotinina, un subproducto de la nicotina procesado por el organismo en muestras de leche materna suministradas por las madres antes de cada sesión de alimentación.
Los bebés cuyas madres fumaron antes del periodo de observación hicieron siesta durante 53 minutos, en comparación con 84 minutos para aquellos cuyas madres no fumaban. El 37 por ciento de la reducción en el tiempo total de sueño se debió a un acortamiento de la siesta más larga y a reducciones en la cantidad de tiempo en sueño activo y silencioso.
Los investigadores anotaron que los bebés consumieron la misma cantidad de leche materna durante cada periodo de observación, lo que sugiere que aceptaban el sabor del tabaco en la leche.
medlineplus
MARTES 4 de septiembre (HealthDay News/Dr. Tango) -- Según un estudio reciente, la nicotina de la leche materna altera los patrones de sueño de los bebés y acorta en un tercio las siestas.
"Los bebés pasaron menos tiempo durmiendo en general y despertaron de sus siestas más pronto cuando sus madres fumaron antes de amamantarlos", aseguró en una declaración preparada Julie A. Mennella, autora líder y psicóloga del Centro de sentidos químicos Monell.
En su artículo en la edición de septiembre de Pediatrics, Mennella y sus colegas sostuvieron que estos resultados deberían conducir a más investigaciones sobre los efectos negativos de la nicotina sobre el desarrollo infantil. Según los investigadores, muchas mujeres que dejan de fumar durante el embarazo comienzan de nuevo durante la lactancia.
"Debido a que la nicotina no está contraindicada durante la lactancia, las madres podrían pensar que fumar durante ella no afectará a su hijo siempre y cuando no esté expuesto al humo pasivo. Sin embargo, ha habido pocas investigaciones sobre los efectos a corto y largo plazo de la nicotina difundida a través de la leche materna", asegura Mennella.
El equipo del estudió midió los patrones de alimentación y sueño de 15 lactantes durante tres horas y media en dos días distintos. Los bebés tenían entre 2 y 7 meses de edad. Las madres eran fumadoras actuales que se habían abstenido de fumar durante al menos 12 horas antes de los periodos de observación.
Las madres fumaron entre uno y tres cigarrillos antes de uno de los periodos de observación y no fumaron nada antes del segundo periodo. En ambas ocasiones, las madres amamantaron a sus bebés cuando éstos lo pidieron durante el periodo de observación. Luego de cada sesión de amamantamiento, las mujeres acostaron a sus bebés en su cuna o en el suelo.
Un actígrafo en los tobillos de los bebés le permitió a los investigadores monitorizar el sueño y la actividad. Se midieron los niveles de nicotina y cotinina, un subproducto de la nicotina procesado por el organismo en muestras de leche materna suministradas por las madres antes de cada sesión de alimentación.
Los bebés cuyas madres fumaron antes del periodo de observación hicieron siesta durante 53 minutos, en comparación con 84 minutos para aquellos cuyas madres no fumaban. El 37 por ciento de la reducción en el tiempo total de sueño se debió a un acortamiento de la siesta más larga y a reducciones en la cantidad de tiempo en sueño activo y silencioso.
Los investigadores anotaron que los bebés consumieron la misma cantidad de leche materna durante cada periodo de observación, lo que sugiere que aceptaban el sabor del tabaco en la leche.
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