martes, setiembre 18, 2007

Las personas conscientes de la nutrición están forzando cambios en la comida rápida

Los menús de todo el país están cambiando a medida que las presiones de los clientes y regulatorias aumentan

LUNES 17 de septiembre (HealthDay News/Dr. Tango) -- Así que tal vez ahora pida fruta como acompañamiento en lugar de papas fritas con esa hamburguesa con queso.

Después de un romance con la comida rápida que duró décadas, la idea de tener cuidado con lo que comen parece estársele ocurriendo a más estadounidenses, aunque ciertamente no a todos, cuando se dirigen a su restaurante favorito de comida rápida, según los expertos.

El cambio en los gustos, justo con ciertas presiones regulatorias, significa que el sector de comidas rápidas del país también está captando el mensaje. Prohibiciones en ciudades completas de los sabrosos pero peligrosos para el corazón aceites trans, medidas legales para obligar a que los menús lleven conteos de calorías, e incluso un esfuerzo para prohibir por ley nuevas franquicias de comida rápida en el sur de Los Ángeles, que está plagado de obesidad, han acaparado la atención de los titulares este año.

Una representante del sector considera que los negocios de comida rápida están respondiendo al cambio en el gusto de los consumidores y a las inquietudes de salud, así como a la epidemia de obesidad.

"Creo que los restaurantes de servicio rápido han hecho un gran trabajo de ofertar y destacar artículos [más sanos]", señaló Sheila Weiss, dietista registrada y directora de políticas nutritivas de la National Restaurant Association, una organización que se describe a sí misma como la principal asociación de negocios del sector restaurador. "Recientemente, muchas de sus campañas se han enfocado en la eliminación de los aceites de grasas trans, en ofrecer más entradas con ensaladas, y mejores opciones de acompañamientos, como frutas y leche desnatada".

La semana pasada, Burger King se comprometió a ofrecer a los niños opciones de comidas más saludables, tales como trozos de manzana que se parezcan a papas fritas y una comida para niños baja en grasa, deditos de pollo a la parrilla, salsa de manzana sin azúcar y leche desnatada. McDonald's ya ofrece a los niños trozos de manzana con una salsa de caramelo baja en grasa, mientras que los adultos pueden merendar con las ensaladas Paul Newman o las batidas de frutas de la cadena. Wendy's ofrece ensaladas, o yogurt con granola y mandarinas.

Un nutricionista independiente concurrió en que, 67 años después de la inauguración del primer McDonald's en San Bernardino, California, los menús de comida rápida podrían finalmente estar cambiando para bien.

Ya se había intentado antes, pero esta vez los cambios podrían tener éxito, apuntó David Grotto, dietista de Chicago y vocero nacional de la American Dietetic Association.

"Actualmente vemos ofertas más saludables porque existe un mercado para ello", afirmó Grotto. "Si recordamos, cuando McDonald's ofreció su hamburguesa McLean por primera vez [en 1991], fue un desastre. Pero en ese entonces no había un mercado, la gente no quería hamburguesas para estar sanos, simplemente quería una buena hamburguesa".

Grotto señaló que los cambios y las tendencias han cambiado. "Lo que está sucediendo ahora es que se comienzan a ver ensaladas Paul Newman, salsas de manzana, etc., y se venden porque el mercado lo demanda", dijo.

Sin embargo, eso no significa que los menús de comida rápida están necesariamente provocando que los estadounidenses coman mejor.

"Las opciones más saludables que son ofrecidas en los restaurantes de servicio rápido son para un sector demográfico muy específico", afirmó Grotto. "Entran a un restaurante y ya saben que van a elegir algo más saludable. Por otro lado, si entra en un restaurante de hamburguesas y ya ha decidido comerse una, no elegirá la ensalada Paul Newman".

Por motivos similares, Grotto duda que las propuestas para obligar conteos de calorías en los menús de comida rápida logren que la gente consuma dietas más sanas. Una ley como esa, propuesta para la ciudad de Nueva York, fue rechazada por un juez la semana pasada.

"Creo firmemente que cuando el consumidor desea una hamburguesa ya sabe que tal vez no sea la cosa más sana del mundo", argumentó Grotto. "Así que restregarle [las calorías] en la cara no cambiará necesariamente las cosas".

Weiss concurrió, y añadió que la información sobre el contenido calórico de las comidas rápidas ya son ofrecidas a los consumidores de otras maneras, como folletos, individuales para las bandejas, y sitios Web. Y se pregunta si de cualquier manera el consumidor promedio puede interpretar fácilmente los conteos de calorías.

"Cuando el Consejo internacional de información alimentaria le preguntó a la gente cuántas calorías necesitaban por día para mantener su peso, sólo el 12 por ciento de los respondientes fueron capaces de dar la respuesta correcta", apuntó Weiss. "Eso muestra que las personas no comprenden el contexto de las calorías en su dieta y estilo de vida".

Según Weiss, lo que los consumidores realmente desean es la elección.

"No se trata de una caridad, sino de un negocio", dijo. "Los restaurantes proveen los alimentos que sus clientes quieren y consumirán". Para algunos clientes de hoy en día, eso significa alimentos más sanos, dijo Weiss, y "si la gente no los quisiera y no se vendieran, no permanecerían en el menú".

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