Juicio a la ‘comida basura’

Se acabó. Comerse una hamburguesa en McDonald’s ya no es divertido ni está de moda. No se trata de rebelarse contra el contenido ideológico de las grandes corporaciones o los símbolos del capitalismo, sino de medir la grasa y las calorías que uno se mete en el cuerpo. Y, sobre todo, de rendirse a la imparable rueda cultural de Estados Unidos.
La obsesión por la vida sana ha comenzado, y los estadounidenses piensan imponerla a golpe de demandas como hicieron con la moda antitabaco. Hay a quien le suena demasiado inconcebible como para prestarle atención, pero hace tres décadas ningún fumador podía imaginarse la situación de acoso a la que hoy se ha llegado. La estrategia es la misma, y hasta los nombres que hay detrás.

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